Lo de Whitney Houston fue un accidente

Whitney Houston se ahogó en la bañera después de tomar cocaína, marihuana y pastillas contra la ansiedad, la tensión muscular y la alergia. El informe del forense publicado ayer asegura que la cantante murió por la coca y por la enfermedad coronaria que padecía. 

El 11 de febrero, la cantante de 48 años fue encontrada muerta «sumergida en la bañera llena de agua» en su habitación de hotel de Beverly Hills horas antes de participar en la fiesta de los Grammy. La autopsia también confirma que no había ninguna señal de traumatismo ni forcejeo, por lo que la muerte parece completamente accidental. 
La cocaína fue el factor decisivo que contribuyó a la muerte de la cantante, según el análisis del forense, y no tanto el resto de drogas y medicinas que tomaba la estrella, que decía haberse recuperado varias veces de sus adicciones. Las cantidades exactas de las drogas en su cuerpo se conocerán en un par de semanas, cuando se publique el informe completo, pero en la habitación no se encontró ningún resto de cocaína. 

«Puede que tuviera un ataque al corazón», explicó ayer Ed Winter, uno de los forenses encargados de la investigación. Una portavoz de la familia, Patricia Houston, nuera de la cantante, dijo que los Houston están «tristes» de saber qué le pasó a Whitney, aunque aliviados de «cerrar» el caso. 

La diva, con un historial turbulento de abusos de drogas, describió sus tormentos públicamente. «El gran demonio está en mí. Soy o mi mejor amigo o mi peor enemigo», dijo ella misma en una entrevista a la cadena ABC en 2002. Varios amigos aseguraron tras su muerte que la cantante se había limpiado y prometía ponerse en forma y volver con fuerza al escenario. Pero, horas antes de su muerte, periodistas y trabajadores del hotel ya habían comentado el estado confuso de la actriz al llegar sudada y despeinada a Los Ángeles. Houston también se había comportado de manera agresiva en el ensayo de su actuación para una fiesta organizada por Clive Davis, el magnate musical que la descubrió cuando ella cantaba con su madre en un club de New Jersey. 

En su antiguo y deprimido barrio de Newark, su adicción y su intento de curarse es parte de la leyenda. En el homenaje de varios días en la iglesia baptista New Hope donde ella empezó a cantar, también había ex adictos que dejaban notas y recordaban la dureza de las drogas. 

Donna Thorn, un fan delante de la iglesia de Whitney, contaba a este diario: «No puedes entender lo que es luchar por estar limpia... No sabes lo que es esto hasta que no tocas fondo, hasta que no tienes nada ni nadie. Es algo contra lo que tienes que luchar durante el resto de tu vida. Es una enfermedad, como el alcoholismo». La seguidora contaba que ella había superado la adicción, pero que Whitney no lo logró por culpa de «la vida rápida de Los Ángeles» y «por haberse rodeado de gente que en realidad no era amiga».

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