El Grupo Planeta va engordando

¿Edición independiente? Cada vez queda menos, pero sólo si hablamos de sellos editoriales de tamaño mediano. Otro cantar es si la lupa se fija en las pequeñas editoriales, porque de ésas cada vez hay más. De ahí que no parece que la caída de Tusquets en las redes de Planeta (aun conservando su autonomía en el terreno literario), que llega poco después de que Anagrama buscara refugio en Fratinelli, pueda achacarse a un mercado con tendencia al monopolio, sino más bien a un relevo generacional, al paso del testigo de la escudería histórica de editores (ahí están Beatriz de Moura y Jorge Herralde) a una nueva hornada con todo el camino por escribir. 

La entrada de Tusquets en la órbita de Planeta gracias a la compra de un porcentaje de las acciones del sello de Beatriz de Moura que ésta no quiere precisar (todo indica que es inferior al 50%) marca unas nuevas señas de identidad en el mapa editorial español en el que cada vez ocupa más y más espacio la constelación Planeta, grupo al que parece que sólo pueda presentar batalla -y a distancia- Random House Mondadori. Por detrás de ambas, RBA, Ediciones B y las editoriales del grupo Prisa. Como medianas e independientes, con permiso de esa Anagrama cada vez más italiana, tan sólo Salamandra y Acantilado. Y, por detrás, todos los pequeños, con Minúscula como una de las marcas más veteranas y arraigadas a las que después han seguido Alpha Decay, Alphabia, Blackie Books, Alrevés o las reunidas en Contexto: Asteroide, Barataria, Global Rhythm, Impedimenta, Nórdica, Periférica y Sexto Piso. 

Beatriz de Moura se reconocía ayer eufórica por el acuerdo alcanzado con Planeta Corporación, que le permite la independencia a la hora de seleccionar títulos y actores y, en cambio, la liga al gran grupo en cuanto a distribución (tanto en papel como en digital, lo que posiblemente le llevará a romper con sus actuales compañeros de viaje) y en cuestiones administrativas. 

«Tanto en la letra grande como en la pequeña tengo la independencia asegurada», se congratulaba ayer De Moura, satisfecha también por el hecho de que seguirá al frente de la editorial «hasta que me muera o hasta que me canse». Sobre si, llegado uno de estos dos casos -y dado que no tiene hijos-, ya ha cerrado con Planeta la fórmula de su absorción definitiva, tampoco estaba dispuesta la editora a dar demasiadas pistas. «He tomado esta decisión mirando al futuro; no quiero que Tusquets desaparezca conmigo». 
Ésta u otras razones de índole más económico son las que han permitido a los largo de los últimos 20 años a Planeta ir engordando hasta convertirse en el mayor grupo editorial español y en español: cuenta con cerca de un centenar de sellos y tiene una nómina de más de 15.000 autores. Así, de manera parecida a lo ocurrido con Tusquets, han caído en el paraguas de Planeta marcas y catálogos como el de Seix Barral (fundada en 1965 y traspasada a Planeta en 1992), las argentinas Emecé (se integró en 2002) o Martínez Roca (vendida a Planeta en 1992); o también Destino, Minotauro y Ariel. Además, Planeta también es un importante jugador en el mercado del libro en catalán ya que, en 2006, formó Grup 62.

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