Medio siglo ya

«No es éste tiempo de miedos, es tiempo de creencias. Drácula es la reafirmación de la inmortalidad...». 

«El público no quiere sufrir, busca emociones. La gente viene al teatro a vivir una serie de sensaciones colectivamente que en su casa cada vez siente menos porque está muy sola...». 

«En Drácula soy el profesor Van Helsing, especializado en enfermedades exóticas. Cuando Bram Stoker crea al vampiro, las transfusiones de sangre eran todo un misterio. Los grupos sanguíneos estaban poco definidos, y dar sangre formaba parte de una mística...». 
«Sangre en Drácula, y vino en Gran Reserva, curiosamente. Gran Reserva habla del mundo del vino, que es mágico y tiene mucho que ver con la sangre. Ahí está la ceremonia de la sangre de Cristo en la comunión...». 
«En Gran Reserva, Vicente Cortázar, mi personaje, es la figura del patriarca que siempre está mangoneando. Defiende la familia a su manera, en unos parámetros ultraconservadores...». 

«¡La familia! Soy hermano, hijo, nieto y bisnieto de actores. En una familia de actores se aprende a relativizar las cosas. Yo nací en una época durísima, en plena posguerra. Cuando tenía 10 años era desolador viajar en tren, ir por carretera o entrar en una pensión...». 

«Nací en Valladolid. Mi madre estaba en la gira del teatro Infanta Isabel. De niño, como mis padres hacían teatro entendía que era lógico que muchísima gente hiciera teatro. Luego, cuando empecé a estudiar en el Instituto de San Isidro, me encontré con un personaje, don Antonio Ayora, que me hizo ver el teatro de otra manera. Ayora había estado con Margarita Xirgu y había tenido su importancia en el teatro republicano y de la Guerra Civil...». 

«Termino un libro sobre los Caba-Alba. Lo que analizo es a la familia desde mi bisabuelo a todas las mujeres. Está basado en las vidas complicadas que han tenido las Irenes y las vidas las más fáciles que han tenido las que no se han llamado Irene...». 
«Entre mis hermanas, Irene y Julia, y yo ha habido diferencias de concepción vital. Y ahora, mi sobrina nieta, la también actriz Irene Escolar, tiene una visión distinta a la nuestra, mantiene un cierto nivel de conservadurismo y de temores...». 

«Yo viví una primera fase teatral que abarca desde que empiezo a actuar en el 62 hasta 1975. Hice Peter Pan, con el Teatro Nacional de Juventudes, de la Falange, con Paco Valladares y Tina Sáinz. El otro día, que desapareció Paco, que marchó a otro sitio, me acordaba de esa época. Tuve una compañía con María José Goyanes y otra con Juan Diego. Cuando paro, en el año 75, hasta que vuelvo, a partir del 87, se me abre el cerebro a otras posibilidades...». 

«En el cine fue en el año 65 cuando hago La caza y Nueve cartas a Berta que son dos grandes títulos del llamado nuevo cine español de la época, con Saura y Patino...». 
«En televisión empecé en el verano del 64 y todavía se hacían las obras en directo. Era mucha emoción, pero era durísimo porque salías en antena y tenías que hacer aquello como fuera. Te decían: «Después del anuncio de Persil, estamos dentro». Y cuando veías el anuncio de Persil y sabías que faltaban 15 segundos, 14, 13..., era el momento del pánico...». 

«En teatro, en el 91 hice La verdad sospechosa, con Pilar Miró, en el Clásico. Pero realmente de la obra de la que uno se siente muy satisfecho es El sí de las niñas, dirigida por Narros, en el 96. Debutamos en Almagro, con la presencia de Marsillach y Flotats. Y Aznar fue al estreno...». 
«El teatro ha mantenido un nivel de espectadores constante, no diré que haya aumentado, y va más gente joven que antes...». 
«El cine está tomando otros vuelos. Y no sabemos si el camino del cine se va a terminar. El cine ha sido un magnífico invento del siglo XX, pero igual desaparece en el XXI...». 
«He hecho más de 80 películas. Y sí, tengo dos Goyas, por La comunidad de Alex de la Iglesia, y por El cielo abierto de Albadalejo. Me los dieron seguidos y dije: «Ya no me toca ninguno más»...». 

«Necesitamos un espectador, un ciudadano formado. El gran handicap de la sociedad moderna es que los ciudadanos no están orgullosos de ser ciudadanos...». 
«Ahora me premian por Gran Reserva. Es otra televisión. Los Estudio 1 sabíamos que eran obras de teatro condensadas y al gran público le impactaban. La televisión ha perdido su labor formativa. La cultura que se da por televisión es para andar por casa y es grave...». 
«La globalización nos está empobreciendo. No hay nada global. El hecho del hombre es su propia distancia. A mí el que haya un terremoto en Manila me puede afectar como noticia, pero no puedo hacer nada...». 

«El PSOE no se desploma. Para un país es malo que se desplomen las cosas. El PSOE marca un centro izquierda, como IU marca una izquierda, y el PP el problema que tiene es que engloba una serie de fuerzas que no están definidas...».

«No confío en las soluciones económicas que está proponiendo el PP. No soy economista, solamente pienso un poco en las cosas. Si un país necesita salir adelante lo que tiene que hacer es producir y consumir...». 

«Si el poder financiero vence al político y acaba con las ideologías esa será la caída del muro del capitalismo. Y renacerán unas ideas más radicales...». 
«En el mundo global hay muchísimas cosas por hacer. La mediocridad del ser humano no se erradica. Cada generación vuelve a repetir los horrores de la guerra. Si eso es la raíz del ser humano, está condenado a que llegue un asteroide se estrelle contra la tierra y desaparezcamos como los dinosaurios».

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