Las chicas del Paralelo

Nostálgica, irónica, poética, costumbrista, sentimental y, también, inspirada en guiños políticos, la compañía catalana Dagoll Dagom ha vuelto al escenario con el musical Flor de Nit en un sentido homenaje a Barcelona y el Paralelo. El reto es esta vez importante. Se trata del primer libreto teatral escrito por Manuel Vázquez Montalbán, del montaje tal vez más ambicioso de esta compañía que espera ahora superar el gran éxito de Mar i cel, y del estreno del renovado Teatro Victória en el Paralelo barcelonés. Todo estuvo ayer a punto, día del estreno, cuando el telón descubrió la primera representación de Flor de Nit, la historia recordada de un viejo cabaret de Barcelona en el que se dieron cita desde los más selectos representantes de la burguesía catalana, los anarquistas más contestatarios, los obreros, los intelectuales y hasta los políticos.

El director de Dagoll Dagom, Juan Luis Bozzo, junto a Ana Rosa Cisquella y Miquel Periel pusieron en el escenario durante casi tres horas cerca de medio centenar de personajes interpretados por 23 actores. Todo un mundo de pasiones y desengaños con una historia de amor recordada por un cronista de la época convencido de que la Barcelona del 92 es una ciudad triste, muy lejana a la ilusionada ciudad del 29, cuando la desesperación y el desencanto todavía no había borrado los sueños de los barceloneses, rotos definitivamente con la guerra civil de 1936. Dagoll Dagom tuvo muy claro, cuando dio por finalizada la primera etapa de Mar i Cel, que su próxima historia trataría sobre las chicas del Paralelo. «Nos interesaban las miles de chicas del Paralelo que circulaban en las academias de canto y baile que las preparaban en pocos meses para salir al escenario. Muchas de estas chicas -dice Ana Rosa Cisquella- eran chicas necesitadas que o se metían a putas, o se metían a servir, o directamente hacían algo en el cabaret. Pero resultaba que algunas eran artistas de verdad como Raquel Meyer y La Bella Dorita».

Con esta idea de fondo, desarrollada entre 1929 y 1936, Dagoll Dagom encargó a Vázquez Montalbán que preparara un guión sobre esta época, pero más moderno y poético que los folclóricos y rancios utilizados hasta ahora. «Pensamos que el tipo de sentimientos que queríamos para esta obra, Vázquez Montalbán los respira». Durante cinco meses Vázquez Montalbán y Dagoll Dagom prepararon el guión adaptándolo directamente a la música. Recortando por aquí y por allá la inagotable imaginación del escritor al que le han sobrado personajes, historias y vidas que, a juicio de la compañía de teatro, «han quedado en conserva». «De Flor de Nit -asegura Cisquella- se pueden sacar como mínimo diecisiete personajes interesantes que nosotros sólo hemos podido dejar que se asomen ligeramente. Un musical no tiene tanta capacidad». De esta manera Flor de Nit es algo más que una adaptación «es, sobre todo, una creación».

El espectáculo comienza con el viejo cronista barcelonés lamentando la destrucción de un viejo cabaret (Flor de Nit) cerrado desde la Guerra Civil. Es 1992 y las autoridades de la ciudad argumentan que «para construir es necesario destruir». A partir de este momento comienza el gran espectáculo con 37 escenas diferentes, cada una de las cuales requiere una ambientación propia. Veintitrés actores que se duplican hasta convertirse en la vida bulliciosa y loca del Paralelo de la época, más de 200 vestidos y una complejidad técnica que convierte a este espectáculo en uno de los montajes teatrales más complicados de trasladar. Nada más y nada menos que seis «trailers» de carga y descarga. Dagoll Dagom advirtió, a pocas horas del estreno oficial de Flor de Nit, que quienes crean que van a ver un obra de política de izquierdas «tal vez se lleven una decepción». Hay una trasfondo político porque refleja una historia de hace sesenta años «pero sobre todo, si es que algún elemento argumental destaca, la historia de amor de la joven Flor se convierte en el eje de la obra y es el momento de más peso».

Bozzo no está para nadie. Anda marcando de cerca a los actores para lograr que Flor de Nit sea más que Mar i Gel, más que La Botiga deis horrors, más que El Mikado y también más que Glups, los musicales que han atribuído a Dagoll Dagom el mérito de recuperar el viejo género musical al panorama teatral de la actualidad. Y él está convencido de que Flor de Nit.

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