Inventando pajaritos

José Rodríguez de la Borbolla, según se desprende de lo que cuenta José María Arenzana en ABC, es lo más parecido al Instituto Nacional de Empleo, sólo que, ciertamente, más familiar que nacional. Titulado «Borbolla, colócanos a todos», el artículo de Arenzana informa de la cantidad de familiares del presidente de la Junta de Andalucía que cobran, como él, del presupuesto público.

Tras dar un repaso a los antecedentes políticofamiliares del político andaluz («Su bisabuelo fue ministro de Gracia y Justicia y su abuelo diputado a Cortes durante la II República»), pasa a describir la hora actual de la saga: «Angel Rodríguez de la Borbolla , y Cámoyán, su hermano, es el alcalde socialista de la localidad sevillana de Cazalla de la Sierra. Pedro Rodríguez de la Borbolla y Camoyán, otro hermano del presidente autonómico, es concejal de Juventud y Deportes en el Ayuntamiento de Sevilla. Y la esposa, Gracia Sánchez Ceballos, ocupa el cargo de jefa del gabinete del consejero de Educación de la Junta». 

Pero no es la de los Borbolla la única familia que copa los buenos empleos; la de los Yañez, sin ir más lejos, los copa más: «Luis Yáñez Barnuevo es secretario de Estado para la Cooperación Internacional y presidente del Instituto de Cooperación Iberoamericana. Su mujer, Carmen ín Bono, es actualmente diputada en el Congreso y miembro de la Ejecutiva Federal socialista. Juan Antonio Yáñez, hermano, es director del Departamento Internacional de la Presidencia del Gobierno y principal asesor del jefe del Ejecutivo. María Angeles Yáñez Bamuevo ocupó hasta el pasado año el cargo de directora del gabinete de su hermano Luis, y, al parecer, ahora se dedica a la investigación en el Centro de Estudios de América latina».

Otros dos hermanos, Carlos y Gonzalo, ex alcalde de Coria del Río y técnico de la Diputación Provincial de Sevilla respectivamente, tampoco se pueden quejar. Pero el que menos se puede quejar de todos los familiares bien colocados es, según ABC, Juan Guerra González, hermano de Alfonso Guerra: «De oficio desconocido, cargo ignorado, funciones ocultas y sueldo por desvelar, lo poco que se sabe de Juan Guerra es que ocupa un despacho en la sede de la Delegación del Gobierno en Andalucía, que ha puesto firme a más de un alto cargo del Gobierno andaluz y que su nombre suena por bulevares y callejas de la capital andaluza como responsable directo o indirecto (casi siempre sin una sola prueba que lo demuestre) de los más diversos negocios». Por último, el artículo «Borbolla, colócanos a todos» concluye con una pasada rápida por otras familias y parentelas (Escuredo, López Gay, Torres Vela, Díaz Sol, Marín Rite...), aunque de menos significación y prosapia.

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