El girigay montado en Chueca

La diversión sin prejuicios y el desenfreno festivo esperaban anoche su pistoletazo de salida en Chueca. Porque hasta que no tiene lugar la lectura del pregón no arrancan oficialmente las fiestas del Orgullo Gay, en las que el castizo barrio madrileño se convierte en el epicentro de las celebraciones, y también de las reivindicaciones, de los colectivos de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales, atrayendo a cientos de miles de personas a sus estrechas calles.
Es la culminación anual de una realidad palpable en la normalidad diaria: un barrio transformado en la última década en ejemplo de tolerancia y convivencia en el que todo el mundo puede vivir su orientación sexual con libertad plena.

Precisamente esa carga simbólica de la zona podría diluirse en próximas ediciones del Orgullo, si se hicieran realidad los rumores que saltaron el martes sobre la intención del Ayuntamiento de trasladar sus celebraciones a otra zona de la capital que pueda absorber la enorme afluencia de personas sin molestar al vecindario. Aunque finalmente esos rumores no se confirmaron, cierto sentimiento de nostalgia se percibía en las multitudinarias celebraciones de ayer. No obstante, la fiesta estaba por encima de todo y desde primera hora de la tarde la Plaza de Chueca fue adquiriendo colorido, a pesar del intenso calor, hasta alcanzar el arco iris emblema de la celebración.

Por allí merodeaba La Plexi, simpatiquísima travesti que ejerció de maestra de ceremonias en el escenario allí instalado. Ataviada con una enorme capa verde, una corona de plumas y un pelucón rojo, no cesaba de ser reclamada para fotografiarse con todo el mundo. Ella sonreía mientras reclamaba la necesidad de seguir reivindicando derechos: «Se ha conseguido mucho, pero todavía queda mucho por hacer por la transexualidad, por ejemplo».
En un balcón de la misma plaza, Santiago, de 45 años, celebraba la festividad acompañado de varios amigos. También él recordaba que queda mucho camino por andar: «Hay que luchar por los más invisibles, como los discapacitados, homosexuales o no, o por los gays maduros, que suelen ser víctimas de muchos prejuicios».

De nuevo a pie de plaza, Gerardo, peruano y Juan, chileno seguían animando el cotarro con sus sombreros multicolores, su torso desnudo y su maquillaje a prueba de sudor. Enseguida surgió la conmoción cuando puso el pie en la plaza la mismísima Belén Esteban, que allí donde va la lía. Aunque las celebridades oficiales para dar lectura al pregón eran Boris Izaguirre y Soraya.
Ambos aparecieron en escena por el I Will Survive, himno oficioso de la festividad. Enseguida pasaron a pronunciar un pregón con referencias históricas a los acontecimientos de Stonewall, en Nueva York, hace 40 años.

Boris proclamó que era «un día para estar alegre, ligar y enamorarse» y que «lo diferente abre nuestra mente y nos hace mejores». A lo que Soraya Arnelas replicó pidiendo perdón «por ser heterosexual, porque hoy me siento más gay que nunca». La ovación fue sonada, acompañada por gritos de «que cante». Y cantó. La rubia eurovisiva se hizo a capella unas estrofas de Caminaré, para acabar bailando todos al ritmo de su La noche es para mí.
Para que el mensaje del pregón no cayera en saco roto también se programó en la plaza de Vázquez de Mella, a cargo de Cayetana Guillén-Cuervo y Daniel Guzmán, y en la de Soledad Torres Acosta, en la voz de tres actrices de Física o Química.

Cuatro días de fiestas 'infinitas'
El orgullo gay rebosa los límites de Chueca. Por séptimo año consecutivo se celebra el festival Infinitamentegay en Madrid con una programación para toda la semana que empieza esta misma noche y que se despedirá el domingo.
La propuesta nació en 2003 con una doble vertiente: como celebración de la ya tradicional Semana del Orgullo Gay en Madrid, y como evento de música electrónica con artistas reconocidos del panorama house nacional e internacional. La cultura de club y la cultura gay son dos universos concomitantes que desde siempre han venido
compartiendo formas de diversión, expresiones culturales, actitudes y modos de entender el ocio y la música.

Por 150 euros, los interesados pueden obtener una pulsera Infinitagayweek que les proporciona la entrada a seis eventos. El primero de ellos es, nada menos, que el concierto de Kylie Minogue en la plaza de toros de Las Ventas, hoy, a las 19.00 horas.
Más tarde, cuando Kylie se haya bajado de sus plataformas, la sala Heineken (Princesa, 1) abrirá sus puertas a la fiesta Fresh up!
Mañana viernes, a medianoche, comienza la fiesta Space Bravo Sex (en la sala Macumba de la Estación de Chamartín).
El sábado, 4 de julio, fiesta grande del orgullo gay, se celebrará en el Telefónica Arena de Madrid el Infinitamentegay 09, a las 23.00 horas, con la actuación estelar de un DJ de renombre internacional en el ámbito gay, Offer Nissim.
Ya por la mañana, a eso de las 9, la sala Macumba se convertirá en un after hours para acoger la fiesta Space of Sound.
La fiesta de clausura será el domingo, a las 12 de la noche, en la Sala Cool (Isabel La Católica, 6).

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