El acné en la adolescencia

El acné vulgar, el que afecta normalmente a los adolescentes, suele tratarse con productos OTC. Tras varios estudios, las autoridades sanitarias de EEUU afirman que estos compuestos son seguros y eficaces.

La mayoría de los adolescentes no logra escaparse de él. El acné, como se denomina genéricamente a todas las enfermedades cutáneas que tienen su origen en el sistema pilosebáceo, está tan generalizado que los expertos lo califican de universal.

Salvo excepciones, como los ciclos menstruales femeninos, tras abandonar el consumo de la píldora, o en personas mayores, el acné vulgar -la forma más común que es la que afecta durante la adolescencia- suele ser pasajero e incide fundamentalmente en el rostro.

No obstante, miembros de la Academia Americana de Dermatología señalan que es conveniente acudir a un especialista con el objetivo de examinar las condiciones de la piel del paciente y asegurarse de que las erupciones o granos que sufre la misma están provocados por el propio acné, y no por el consumo de medicamentos o la utilización de productos que pueden originar los mismos síntomas que este trastorno.


Asimismo, y en los casos de acné severo, los dermatólogos insisten en la necesidad de acudir al especialista para prevenir la aparición de cicatrices permanentes.
Pero este trastorno, a pesar de su incidencia -el 85% de la población con edades comprendidas entre los 12 y los 25 años lo sufre-, no suele tratarse bajo las directrices de un especialista.
La razón: el gran número de productos OTC (aquéllos que no necesitan receta), cremas, geles, lociones, etc, que desde 1972 inundan el mercado.

La Food And Drug Administration empezó ese mismo año una investigación sobre la eficacia y seguridad de los ingredientes que componen estos productos.
El inicio de este trabajo, cuyos resultados se han hecho públicos este mes en la revista FDA Consumer, tenía como fin averiguar si el peróxido benzóico -uno de los compuestos que se encuentra en más de una docena de los productos anti-acné- tenía efectos nocivos cuando la piel se exponía al sol.

Los científicos sospechaban que el peróxido benzóico era un «promotor». Es decir, que este compuesto incrementaba las posibilidades de desarrollar un tumor cuando se conjugaba con otros factores como las radiaciones o determinados productos químicos.
Para demostrarlo, los expertos decidieron emplear el peróxido benzóico en una serie de ratones que, tras recibir el producto, fueron expuestos al sol.
El trabajo no logró demostrar que el uso de este producto, en combinación con los rayos solares, causara tumores en la piel.

No obstante, la FDA consideró que estos resultados no podían considerarse como definitivos, porque el número de roedores utilizados había sido reducido.
Fue entonces cuando se puso en marcha otro trabajo, esta vez con más de 100 ratones, para aclarar si existía o no dicha relación. Canadá fue otro de los escenarios donde se llevaron a cabo otras investigaciones con el peróxido benzóico.

Tras años de estudio y varios trabajos, las autoridades sanitarias estadounidenses decidieron que el peróxido benzóico podía seguir en el mercado y establecieron una serie de recomendaciones para su uso que fueron insertadas por los fabricantes en todas las cajas de productos OTC contra el acné.
Así, la FDA recomienda que si un paciente se aplica algún producto elaborado con peróxido benzóico, y luego va a estar expuesto a los rayos solares utilice además una crema con alto nivel de protección solar.

Asimismo, se insiste en que si el uso de ambos productos provoca irritaciones o causa molestias se suspenda el tratamiento y se acuda cuanto antes al especialista.
Los expertos han especulado durante años sobre las posibles causas de este trastorno cutáneo. Pero tras años de investigaciones no se ha llegado a ninguna conclusión.
El paso por la adolescencia y los cambios hormonales que le secundan es una de las causas que subyace en el acné, pero no es la única. Los expertos afirman que existen otros factores que pueden estar involucrados en este desorden de la piel como el estrés y la herencia genética.
La erupción del acné, que suele acentuarse en primavera, comienza cuando las glándulas segregan una cantidad excesiva de sebo, provocando lo que se conoce como seborrea, que se caracteriza por el color pálido que adquiere la piel.
El sebo sobrante, al no encontrar suficiente vía de salida a través de los poros de las glándulas, dilata los canalículos y se acumula en ellos formando lo que se conoce científicamente como comedones, pequeños bultos enrojecidos que en ocasiones causan dolor.
Cuando estos comedones se solidifican, adquieren, en la parte que aflora al exterior de la piel, un color negruzco de modo que el rostro y el resto de las partes aquejadas (espalda, cuello, etc) aparecen cubiertas de puntos negros.

Tratamientos

Los productos OTC, aunque son los más utilizados, no son la única terapia existente para combatir el acné. La mayoría de estos compuestos actúa de forma similar: provocan una irritación superficial de la piel, a la vez que seca los fonículos y elimina las células muertas. Pero en los casos más severos, el uso de los productos OTC no suele ser suficiente.
Los especialistas suelen recomendar la utilización de determinados medicamentos que bien se consumen de forma individual o en combinación con determinados preparados, como jabones, cremas o geles, que no necesitan receta.

Otra de las reglas de oro en la que los dermatólogos insisten es en el cuidado de la alimentación. El consumo de productos grasos, como el embutido, chocolate o mantequilla debe reducirse, mientras que el de frutas y verduras debe aumentarse. Además, es imprescindible que el paciente mantenga unas adecuadas medidas de higiene. Los granos no deben tocarse, ya que suelen reproducirse o, incluso, dejar cicatrices permanentes.
Uno de los tratamientos eficaces por el que actualmente optan muchos pacientes -sobre todo los que padecen acné severo- es el llamado peeling.
Bajo anestesia, el cirujano plástico extirpa los estractos superficiales de la piel que se encuentran afectados por este trastorno.

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