La historia de Lili Marleen

Todos los días a las diez de la noche desde la emisora militar alemana en la radio de Belgrado se emitía una canción que simbolizó una época: Lili Marleen. 

La oían los soldades alemanes, pero también los ingleses, los franceses, los rusos, los italianos, los americanos. 

Es una canción que forma parte de la memoria colectiva, del imaginario de un tiempo de horror en el que una sencilla canción se convierte en un himno, en una música sin fronteras.

Puede que Lili Marleen sea una de las canciones más famosas de la Historia. Pero, ¿quién sabe cómo nació? ¿quién es el autor de su letra? ¿y de la música? Su historia es la crónica de varios azares y resume a la perfección el devenir de una época desgarrada y terrible.

La germanista Rosa Sala Rose se ha ocupado de rastrear en lo que podría llamarse la biografía de una canción. El resultado, Lili Marleen. Canción de amor y muerte (Globalrhythm), una interesante investigación sobre los personajes que formaron parte de esta melodía.

Con un ritmo cercano al quest, Rosa Sala Rose, traductora y autora de obras como Diccionario crítico de mitos y símbolos del nazismo, indaga en los muchos misterios y lagunas que aún existen sobre Lili Marleen. 

El resultado es sorprendente: la letra nació durante la Gran Guerra, aunque logró fama en los frentes de la Segunda; la música resume la historia de éxito y de fracaso de dos músicos alemanes; y la popularizaron dos mujeres alemanas, Lale Andersen, que optó por triunfar en la Alemania nazi, y Marlene Dietrich, que la interpretó en el frente para los soldados norteamericanos y luego la fijó en la mente de todos a través del cine.

El hecho de que Lili Marleen fuera una canción alemana, pero popularizada en todos los frentes convirtiéndose en un himno colectivo hizo que John Steinbeck se preguntara: «Sería gracioso que, después de tanto alboroto, Lili Marleen resultara ser la única contribución positiva de los nazis al mundo».

Precisamente, la intención de la investigación de Rosa Sala Rose pretende determinar «dónde empieza y dónde acaba la inocencia» de esta canción y se remonta al nacimiento de la letra de Lili Marleen escrita por el escritor hamburgués Hans Leip. El poema de Leip nace la noche del 3 al 4 de abril de 1915 en el Berlín que ya intuía la derrota en la Gran Guerra.

El joven poeta Hans Leip escribe el poema esa noche mientras hace guardia en el cuartel -junto a la célebre farola que inmortalizaría la canción- en la víspera de su marcha al frente de los Cárpatos.Hay una nota nostálgica y terrible en la que Leip intuye que volverá a ese lugar, pero quizás como un espectro. Esta parte del poema no fue incluida en buena parte de las versiones por su tono más lúgubre.

Pero ¿quién fue Lili Marleen? rosa Sala Rose rescata las confesiones de Hans Leip en su autobiografía para desvelar que en realidad fueron dos mujeres. O quizás tres. En aquel Berlín de la Primera Guerra Mundial, Leip conoció a Betty, hija de unos verduleros que tenían su tienda debajo de donde vivía, y a Marleen, enfermera del turno de noche en un hospital de campaña que se convirtió en su amante.

Esa última noche en Berlín antes de marchar al frente, Betty-Lili y Marleen se confunden en sus pensamientos. «Decía 'Marleen', pero pensaba en Lili, y decía 'Lili', pero pensaba en Marleen», afirmó. El resultado: «Delante del cuartel,/ frente al portalón/ había una farola,/ y si ésta estuviera todavía,/ allí nos volveríamos a ver./ Junto a esa farola nos gustaría estar,/ como antes, Lili Marleen».

Una muchacha judía

Con el tiempo también se supo que una muchacha judía, que había conocido a Leip en los cabarets, podría haber inspirado la canción.Esa joven, que había sido bailarina pero cuya carrera quedó truncada con el Tercer Reich, se llamaba Lilly Freud-Marlé y era además sobrina de Sigmund Freud.

En una entrevista realizada en 1963 dijo: «Para mí fue un shock, me puso enferma. Porque ésa era la canción que empleaba el ejército alemán en pleno. Yo soy judía, sobrina de Freud. Mi madre murió en Auschwitz. ¿Es posible que los nazis desfilaran al ritmo de una canción inspirada por una judía?».

La elección de la música también encierra una novelesca historia de fracasos, ya que en un principio iba a ser Rudolf Zink quien musicara la letra de Liep. Sin embargo, la casa discográfica optó por la versión más popular, y también más mediocre, de un músico menor llamado Norbert Schultze.

Algo que los lectores pueden comprobar al escuchar la versión de Zink -que recuerda tanto a las músicas degeneradas de Kurt Weill- en el compacto que acompaña al libro, donde se incluyen distintas versiones de la célebre canción. Zink quedó en el olvido y el mediocre Schultze consiguió la fama, como ocurre en tantas ocasiones.

¿Y las intérpretes? Apasionante es también la historia de las dos cantantes que la popularizaron. Lale Andersen, que tras la guerra sufrió un proceso de desnazificación, recibía cartas del frente como si fuera Lili Marleen. «Fue su schicksalslied, la canción que marcó su destino». 

Quizás la canción la fagocitó.Al contrario de lo que le ocurrió a Marlene Dietrich, la alemana americanizada. «A diferencia de lo sucedido con su colega Lale, no fue Lili Marleen quien poseyó a Dietrich, sino Dietrich a Lili Marleen».

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