Frases pre-superclásico
El Milán de Silvio Berlusconi y Arrigo Sacchi continúa su imparable racha de triunfos. En la madrugada del domingo conquistó la Copa Intercontinental, el torneo que otorga el título oficioso de campeón del mundo. El Nacional de Medellín fue la víctima al caer por un gol a cero. Este nuevo éxito ha llegado al cumplirse el 90 aniversario de la fundación del club «rossonero». Fue un 18 de diciembre de 1899 cuando comenzó la historia de una entidad denominada entonces Milan Cricket and Football Club. El nuevo trofeo se consiguió en el estadio Nacional de Tokio, ante 62.000 espectadores. Fue el centrocampista Alberigo Evani el encargado de firmar el único gol del encuentro, ya en el tiempo de prórroga.
Al término de los 90 minutos reglamentarios se llegó con empate sin goles. Hubo que esperar al minuto 28 de la prórroga para que se rompiera la igualada y el Milán confirmara su actual supremacía en el universo balompédico. El Milán se encontró con muchos problemas para desbordar el sistema defensivo montado por el equipo colombiano en torno a su portero Higuita.
Arrigo Sacchi, declaró al final del encuentro que el Nacional había sido el equipo mejor dispuesto tacticamente que se había encontrado en los tres últimos años. Asimismo el técnico italiano dedicó la victoria en esta oficiosa Copa del Mundo de Clubes a Ruud Gullit, una de sus grandes estrellas, que arrastra una lesión desde las semifinales de Copa de Europa del pasado año frente al Real Madrid. Esta es la segunda vez que el Milán obtiene la Copa Intercontinental. Hace 20 años, en 1969, cuando aún se jugaba a doble partido, el equipo que entonces comandaba Gianni Rivera se impuso a los argentinos del Estudiantes de La Plata.
Con esta conquista, el Milán cierra de la forma más brillante posible una década que comenzó bajo el signo de la desilusión para sus aficionados. En 1980, el equipo lombardo cayó al pozo de la serie B, la segunda división italiana, por el escándalo en las apuestas clandestinas que asoló al fútbol italiano y en el que se vió envuelta la entidad. El Milán logró el ascenso al año siguiente pero volvió a descender, esta vez por deméritos sobre el terreno de juego, en la campaña 81-82.
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