La guerra perdida contra el cáncer

Durante la semana que acaba de terminar, 14 autobuses cargados con material didáctico sobre el cáncer, han recorrido la geografía española. Patrocinados por la Asociación Española contra el Cáncer y por la transnacional 3M, los vehículos han visitado la mayoría de las ciudades y pueblos de cada comunidad autónoma, repartiendo información y proyectando películas sobre como prevenir el cáncer o realizar su diagnostico precoz. El cáncer es consecuencia de una reproducción celular descontrolada que supera los límites biológicos normales. 

El crecimiento celular desordenado acaba convirtiéndose en un tumor sólido de tamaño variable. La diseminación de las células cancerosas por el organismo, y los tumores secundarios que este fenómeno provoca, muchas veces a distancia del primitivo -las metástasis- pueden terminar si no se controla la enfermedad con la vida del enfermo. La razón del cáncer es indudablemente genética, lo que no quiere decir hereditaria.

La influencia ambiental en la activación de los genes cancerosos es muy importante. Se sabe que hasta el 70% de las veces el cáncer ha sido causado por un factor ambiental. Las autoridades sanitarias de los países europeos pretenden, después de proporcionar a la opinión pública la mayor cantidad posible de información, reducir en los próximos 10 años la mortalidad por cáncer en un 15%. Mientras los científicos continúan investigando en las bases moleculares del cáncer y los médicos desarrollan tratamientos más sofisticados contra la enfermedad, muchas voces autorizadas confirman que una de las batallas fundamentales en la guerra contra el cáncer se debe librar en el terreno de la educación sanitaria.

La palabra cáncer es aún tabú en muchos sectores de la sociedad. No hay peor enemigo que la ignorancia. En España 72.000 personas mueren cada año por cáncer. Aunque la incidencia de cáncer en nuestro país es algo menor que en muchos otras naciones de la comunidad europea, es la segunda causa de muerte detrás de las enfermedades vasculares y la incidencia aumenta año tras año. El cáncer de pulmón, el de colon y el de mama son los tipos de tumores que más estragos realizan. El cáncer de pulmón, que mata a 12.000 españoles cada año , sería casi inexistente si no existiera el tabaco.

Es responsable del 90% de los tumores pulmonares y de la mayoría de los de laringe, esófago, vejiga y páncreas. La lucha contra el tabaco se ha convertido en una prioridad de cualquier sistema sanitario. El hacer desaparecer al mayor asesino de la historia, culpable de 2 millones de muertes anuales en mundo sería uno de los máximos logros de la sociedad. La empresa es difícil. Todavía en España el hábito de fumar está muy arraigado. La legislación antitabaco española, aunque se ha modificado sustancialmente en los últimos años, está todavía lejos de la de los países mas avanzados. 

Se fuma en lugares públicos y muchos médicos no consiguen abandonar su hábito tabáquico, lo que provoca una extraña sensación en los enfermos que saben que su médico fuma. El cambio en los hábitos dietéticos, después de la lucha contra el tabaco, es uno de los objetivos de la batalla contra el cáncer. El excesivo consumo de alcohol aumenta el riesgo de padecer cáncer de esófago y de páncreas. Tabaco y alcohol son una mezcla maligna que favorece la aparición de cáncer de boca.

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