Maradona en el Sevilla

La campaña 1992-93, con Carlos Salvador Bilardo al mando, siempre se recordará en el Sevilla por el placer de disfrutar de uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, Diego Armando Maradona. Motivo justificado para que se relegara al resto de aquella plantilla a un segundo plano, aunque no fue así con todos. Como, por ejemplo, con Diego Pablo Simeone, solicitado expresamente por Bilardo para su nuevo proyecto. El cholo llegó procedente del Pisa italiano y, en dos campañas, se convirtió en el pulmón del Sevilla, su trampolín para luego recalar en el Atlético y de ahí saltar a Inter y Lazio.

Siete temporadas después de la aparición de Simeone en el Sevilla (1999-2000), se estrenaba con el primer equipo un jovencísimo José Antonio Reyes, con 16 años. Se convertía así en el debutante más joven del club en Primera División, dando paso a una meteórica carrera que lo situó a las órdenes de Arsène Wenger en el Arsenal, para luego ir engrosando su currículo en Real Madrid, Benfica y Atlético (aquí en dos etapas distintas).

El pasado mes de diciembre, el destino de Simeone y Reyes se unió en el conjunto del Vicente Calderón, aunque por poco tiempo. Porque José María del Nido recuperó al canterano para la causa sevillista con el consentimiento del ahora técnico argentino.

El sábado, por fin, se verán las caras en la visita colchonera al Sánchez Pizjuán, en un morboso duelo que ambos coincidieron ayer en calificar de «especial». Más que por enfrentarse uno y otro a sus anteriores equipos, por pujar blanquirrojos y rojiblancos por el mismo objetivo: entrar en Champions.

José Antonio Reyes, antes de alabar el trabajo de Simeone estos dos meses («el Atleti ha cambiado mucho, y para bien»), dotó de trascendencia al choque. «Será especial para mí porque me siento orgulloso de volver a enfrentarme a ellos. Pero se le tienen ganas por ser rival directo, no porque haya jugado allí», espetó el delantero.

El lavado de cara de los madrileños desde que Simeone los dirige es muy evidente. Han pasado de ser un grupo muerto y sin aspiraciones con Gregorio Manzano a postularse por colocarse entre los cuatro primeros de la Liga con más facilidad de la prevista. Algo que, no obstante, no mete miedo a Reyes. «También imponemos respeto nosotros, que jugamos en casa. Delante de nuestra gente hay que darlo todo». «¿Que ellos salen perdiendo por las bajas que tienen? Nosotros también las tenemos, como la de Negredo, así que a los dos nos faltan jugadores importantes», agregó el utrerano, en referencia a las ausencias de Godín, Diego y Falcao el sábado.

Los antecedentes de los Sevilla-Atlético en tierras hispalenses son muy favorables para los locales. Sin ir más lejos, en las últimas diez veces que se han visto las caras en Primera, se han impuesto en siete, por dos empates y una sola victoria visitante (1-2, temporada 2007-08). Más contundente todavía son los números de las dos últimas campañas, en las que el tanteo para los sevillistas fue idéntico: 3-1.

Con Míchel y Simeone se enderezó el rumbo de los dos contendientes que iban a la deriva. Lo que anuncia, a priori, tal vez el duelo más igualado de los últimos tiempos. «Lo único que nos faltaba eran goles y ahora los estamos haciendo», reflexionó Reyes. Mientras, Simeone no dudó en lanzar piropos al trabajo de su homólogo en el banquillo nervionense: «A Míchel le gusta el buen juego y que su equipo tenga posesión con un buen trato de la pelota, con el mismo perfil que él siempre tuvo sobre el campo. Ha marcado una idea de fútbol que ya se ve en el Sevilla».

Conocedor de la pasión con la que se vive el fútbol en el Pizjuán, el entrenador atlético afirma que el Sevilla «es un equipo al que la motivación le nace enseguida». Sobre todo, Simeone presta principal atención a la avalancha ofensiva que genera su próximo rival por ambas bandas. «Cuenta con volantes en medio campo que son intensos y con buena llegada al área, gente con altura. En las bandas, Reyes y Navas son jugadores muy importantes y desequilibrantes...».

Salvo que el presidente José María del Nido logre convencerle de lo contrario -algo improbable según fuentes cercanas al directivo-, el vicepresidente económico y director general del Sevilla José María Cruz se marchará en junio. Con ofertas de empresas privadas, Cruz considera finiquitada su etapa en la entidad.

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