Memorias de África romántico y agridulce

Desde los comienzos de su carrera, a Sidney Pollack le ha rodeado un aura de cineasta intelectual y artista comprometido con las causas liberales. Globalmente, su obra se caracteriza por su excelente sentido narrativo y ritmo de montaje, unas cuidadas ambientaciones y estelares repartos. 

El realizador John Frankenheimer y el actor Burt Lancaster fueron los responsables del debut cinematográfico de un profesional que comenzó como actor teatral y realizador de programas televisivos. 

Desde su primer largometraje, La vida vale más, (1965), hasta hoy, Pollack ha dirigido quince películas, siete de ellas protagonizadas por Robert Redford, un colaborador decisivo y algo más que un actorfetiche. Porque para este cineasta, «los actores son mi más preciada herramienta». Por eso, en sus manos, las estrellas de Jane Fonda, Al Pacino, Meryl Streep, Robert Redford, Barbra Streisand, Dustin Hoffman o Jessica Lange, entre otros, han brillado más que nunca. Sus quince películas son todas diferenes y abordan diversos géneros, pero comparten un elemento común: melancólicas historias de amor. 

Se diría que tanto en Tal como éramos, El jinete eléctrico, Tootsie o Memorias de Africa, Sidney Pollack hubiese narrado el mismo romance, imposible, romántico y agridulce. Lo mismo le ha sucedido con Habana, un film cuyo rodaje le ha dejado exhausto y satisfecho a la vez, porque en su opinión es «una de esas películas de antes, de las que ya no se hacen».

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