Acrobacias vanguardistas
Coreografías acrobáticas y dramaturgia malabar. Las compañías francesas no dejan de sorprender con su concepción contemporánea del circo. Son los hijos de los inconformistas que en los años sesenta hacían teatro de calle y se rebelaban contra el arte burgués. Ahora, una de las últimas promociones del Centro Nacional de Artes Circenses trae al Teatro Central de Sevilla, hoy y mañana, un espectáculo que rompe las barreras de los lenguajes escénicos.
Es por tí por quien hago esto es el título de un montaje de riesgo, creativo y físico, en el que los alumnos de la novena promoción de esta escuela muestran su concepción sobre el mundo contemporáneo.
Para eso han creado una compañía, El circo desafinado (Le cirque désaccordé) tutelada por la compañía Hendrick van der Zee, que dirige Guy Alloucherie.
Es por tí por quien hago esto es una historia con una estética contemporánea en la que los personajes -que son actores, bailarines, acróbatas, malabaristas y funambulistas- se encuentran, se pelean y se aman.
En pasadas temporadas ya se pudo ver el trabajo que las escuelas francesas están haciendo en el lenguaje circense. El estreno de Le Cri du Caméléon (El grito del camaleón), también con alumnos del Centro Nacional de las Artes Circenses, fue un éxito de público y de crítica, ya que contó con la participación del coreógrafo Joseph Nadj.
El circo desafinado es un grupo de jóvenes artistas que beben en las fuentes de ya clásicos en el llamado circo made in France como Plume, Cirque Ici, Les Nouveaux-Nez, Les Arts Sauts, que-Cirque, Anomalie, Gosh o Le Cirque Baroque.
Manuel Llanes, director del Teatro Central, definió el trabajo de este grupo como el de una corriente «que trata de dignificar el circo y recuperar su importante valor en la tradición teatral».
De hecho, a pesar de que el circo contemporáneo se incluye dentro de las vanguardias escénicas, evoca la Comedia del Arte del Renacimiento con sus personajes a medias entre la acrobacia y el teatro improvisado.
Prueba de esto es que Es por tí por quien hago esto es fruto de un trabajo de improvisación escénica. «Muchas cosas están basadas en la vida cotidiana. No hay principio ni fin. La única línea argumental son situaciones cotidianas, que le podían pasar a cualquiera. Empezamos haciendo improvisaciones que luego plasmamos en los textos que, por cierto, hemos traducido al español», afirma Annick Ferrasse.
En la obra, con música en directo de Riké, con experiencia en la música industrial de percusión, se impone un ritmo frenético. Pero en el que también se leen textos de Pessoa, José Agustín Goytisolo o Kafka, incluso de ellos mismos.
La estética urbana de estas situaciones, que se desarrollan en la barra de un bar o en un sofá, están estilizadas por el lenguaje circense. «Si los personajes se pelean lo hacen con una coreografía. Saltan, bailan hip-hop o rock frenético», afirma Manuel Llanes.
La escenografía, llena de objetos cotidianos que se convierten en plataformas circenses, como una barra, un andamio o un columpio, se torna en un extraño paisaje urbano. «Son jóvenes inconformes. Están en un lugar improbable», apunta el director del Teatro Central, que vio este espectáculo en la pasada edición del Festival de Avignon, donde fue una de las sorpresas escénicas.
Uno de los momentos más arriesgados de esta obra es, sin duda, el momento en el que aparece el columpio ruso.
«Hay una persona en el centro que se va impulsando con la flexión de las rodillas y otras dos que lo empujan. Al final, lanzan a la persona que está montada en el columpio a una altura de ocho metros, por lo que más que columpio ruso parece una ruleta rusa», comenta Manuel Llanes.
Este ejercicio acrobático es una muestra de la habilidad física de estos artistas. Una preparación que se fragua en las múltiples escuelas de circo que existen en Francia. «Hay al menos cien escuelas en Francia. Todo esto es fruto de la tradición de teatro de calle que había en los años setenta», afirma Fabienne Teullières, una de las actrices.
Otro capítulo es el rechazo que suscita esta experimentación en el circo contemporáneo en los protagonistas del teatro tradicional. «No les gusta nada. Nosotros no descendemos de familias dedicadas al circo. Esto es otra cosa», añade Teullières.
Comentarios
Publicar un comentario