Primarias a la italiana
Cuando en 1987 Cicciolina logró entrar en el Parlamento italiano, la noticia dio la vuelta al mundo. No era para menos: una estrella del cine X acababa de colarse en la Cámara Baja de un país de fuerte tradición católica y gobernado por Democracia Cristiana durante décadas. Veinticinco años y un Silvio Berlusconi después, ya nadie pone el grito en el cielo al ver fotos de actrices porno en los carteles electorales de su ciudad. De hecho, las candidaturas X casi se están convirtiendo en la norma y las elecciones municipales del próximo mayo no son la excepción.
Sobre todo en el sur de Italia, donde tres estrellas del porno han decidido dar el paso y salir al ruedo político. La más famosa es Milly d'Abbraccio, protagonista de películas como La profesora de lenguas y Doble contacto anal. O como la premonitoria Su señoría, una de sus últimas apariciones en la pantalla antes de que se lanzara a la conquista de las instituciones italianas. Hasta el momento, con escaso éxito.
En 2008 Milly fracasó en Roma, donde no consiguió entrar en el Ayuntamiento pese a haber tapizado la capital con miles de carteles en los que mostraba su popular y generoso trasero. Cuatro años después, la ex ganadora del concurso Miss Teenager Italia ha decidido rebajar sus pretensiones y presentar su candidatura en Torre del Greco, cerca de Nápoles, en la región que la vio nacer. «Aquí todos me adoran», confesó recientemente la actriz. «Después de Maradona estoy yo, me ven como la Virgen».
Pero la campaña más caliente de las municipales italianas no tiene lugar en Torre del Greco, sino unos 250 kilómetros más al este; en Tarento, una ciudad de casi 200.000 habitantes donde el cine X ha desembarcado en el proceso electoral por partida doble gracias a Luana Borgia y Amandha Fox. El problema es que ambas actrices cuentan con el apoyo del mismo movimiento («Tarento, despierta»), lo que hace necesario celebrar unas primarias. Es como si la proliferación de pornocandidatas hubiera convertido en inevitable una lucha fratricida entre ellas.
Las dos aspirantes a la Alcaldía no andan faltas de propuestas y piensan afrontar los problemas de su comunidad poniendo a disposición su «experiencia en el mundo empresarial». O eso es lo que dice Amandha Fox en declaraciones recogidas por el Corriere della Sera. Para acabar con el paro endémico que sufre Tarento, la candidata propone fomentar el turismo con la construcción de casinos y clubes de alterne. Además, quiere que en su ciudad se celebre dos veces al año una «feria del sexo».
Quienes quieran apoyar estas propuestas ya pueden hacerlo votando por Amandha en internet. A la espera de que esta medianoche se cierren las urnas electrónicas de las primarias, los recuentos iniciales le otorgan una ligera ventaja sobre su colega Luana en este peculiar derby político, reflejo de una tendencia que vuelve a estar de moda a lo largo y lo ancho de toda la geografía transalpina. Porque después del éxito de Cicciolina no hubo otros casos sonados de actrices porno metidas a políticas. Quizá su figura imponía demasiado para que alguien se atreviera a seguir sus pasos.
Sea como fuere, los italianos no se quedaron huérfanos del binomio sexo-política. Ni mucho menos. Durante los años de Berlusconi, los electores se acostumbraron a ver cómo una plétora de velinas y de figuras de la farándula televisiva accedía sistemáticamente a importantes cargos en el Parlamento y en el Gobierno.
Una violación de las instituciones que sin duda tenía algo de pornográfico, pero que, paradójicamente, no contaba con las estrellas del porno propiamente dicho. Éstas salieron de las páginas de la crónica política y no han vuelto a ocuparlas hasta estos días, justo cuando el mesurado Mario Monti ha sustituido a Il Cavaliere al frente del Gobierno. Una demostración de que estaban equivocados quienes creían que con la caída de Berlusconi la política italiana perdería atractivo.
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