Atlanta está como nunca
Esta certeza no es compartida por el organismo municipal que vigila la preparación del acontecimiento, denominado MAOG (Autoridad Metropolitana para los Juegos Olímpicos). Su presidente, George Berry, expresó su temor cuando los organizadores dieron a conocer hace unos meses un aumento de 300 millones de dólares (aproximadamente 30.000.millones de pesetas) en sus previsiones de gastos, de que las Olimpiadas repercutan en el bolsillo de los contribuyentes. Si esto ocurre, advirtió con un estilo muy americano, «primero va a haber oportunidad para los suicidios. Luego empezarán las ejecuciones».
Todo el mundo está de acuerdo en que los Juegos Olímpicos son una gran oportunidad para mejorar Atlanta, pero hay algunas discrepancias en el «cómo». La ciudad cuenta con unos cuatrocientos mil habitantes, dos tercios de los cuales son de raza negra (uno de los hijos más ilustres de la ciudad fue Marthin Luther King). Su área metropolitana, con una población de tres millones, ocupa el octavo lugar en el ránking de pobreza en Estados Unidos.
Unos, como el ex-presidente Jimmy Carter, creen que hay que centrar el esfuerzo en las comunidades pobres. Su Proyecto Atlanta propone que se aproveche la creación de nuevos negocios y la afluencia de residentes para reconstruir las áreas arruinadas. Otros, como el copresidente del comité organizador, Robert Holder, opinan que la prioridad es renovar las infraestructuras. El Estadio Olímpico, con 85.000 asientos, estará situado en Summerhill, uno de los barrios más pobres.
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