Harry Potter nos ha salido besucón

El alumno más aventajado de Hogwarts entra en la edad adulta. En la quinta entrega cinematográfica de la saga del aprendiz de mago, Daniel Radcliffe, de 17 años, encarna a un Harry Potter maduro y complejo, un héroe con poderes mágicos pero también con los síntomas de debilidad humana. O mejor dicho, debilidad hormonal, porque el pequeño héroe protagoniza su primer beso en la película Harry Potter y la Orden del Fénix (estreno el 13 de julio).

Nada comparado con el desnudo integral y la escena de sexo protagonizados en los últimos meses sobre los escenarios del West End en su interpretación del clásico Equus. El polémico estreno teatral dejó a cuadros a los productores de la película cuando se preparaban para obsequiar a las fans con un inédito beso de 30 segundos. «Fue mucho más cómodo que desnudarme en directo ante miles de personas», bromeó ayer Radcliffe, sin complejos, durante la presentación del filme.

La nueva entrega de la saga, dirigida por el británico David Yates (autor conocido por sus miniseries televisivas), eleva las dosis de terror y los desafíos que enfrentará el joven brujo. Potter padecerá el sinsabor de una adolescencia solitaria ante quienes le acusan de mentir sobre el regreso del asesino de sus padres, el temible Lord Voldemort (Ralph Fiennes), y tendrá que ingeniárselas para liderar un escuadrón clandestino con sus compañeros para combatir a su peor enemigo. «Me propuse introducir una sensación real de angustia espiritual y emocional y peligro. La saga ya estaba preparada para esto», justificó Yates.

Para Radcliffe ha resultado agradable descubrir que Potter también «es real y vive experiencias de rabia, frustración y soledad. Eso le convierte en un héroe verdadero y no en un Supermán».

La producción, de 300 millones de euros, incluye en su reparto a dos nuevas adquisiciones: Helena Bonham Carter, que interpreta a la villana Bellatrix Lestrange, e Imelda Staunton, en el papel de la rígida Dolores Umbridge.

Los tres jóvenes protagonistas dicen desconocer el tan ansiado final de la última novela de la serie, Harry Potter and the deathly hallows, cuya versión en inglés saldrá a la venta el próximo 21 de julio. Pero Emma Watson salió en defensa de su Hermione, cuya muerte fue anunciada recientemente por un pirata informático que aseguró conocer el desenlace. «No estaba realmente en mis planes, Me gustaría que se dedicara al cuidado de los otros, que protestara en otros países por los Derechos Humanos luchando por un mundo mejor y que tuviera muchos bebés», confesó.

Daniel Radcliffe, de 17 años, Emma Watson, de 16, y Rupert Grint (Ron), de 18, han crecido bajo el escrutinio de los medios desde que estrenaran el primer Harry Potter allá por 2001. Sobre la gran pantalla aún encarnan a jóvenes héroes pero fuera de la piel de sus personajes comienzan a mostrar signos de madurez precoz. «Lo que de verdad te marca es la gente que te rodea. Si es honesta y no te dice lo que te gustaría escuchar, no te conviertes en un tipo arrogante», dijo Radcliffe.

Mientras millones de fans aguardan ansiosos la nueva entrega, los críticos tienen que guardar silencio, obligados por contrato por la productora Warner. Entre las contadas filtraciones hay división de opiniones entre quienes ven la cinta como «la mejor de siempre» y quienes la tachan de «aburrida a ratos» y «oscura».

Como en toda saga que se precie, mantener la frescura del producto es un desafío. En este caso, los productores dicen confiar a ciegas en el «fantástico material» de J. K. Rowling y el «espíritu competitivo» entre los directores que hasta ahora han llevado la obra a la gran pantalla.

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